jueves, 18 de junio de 2015

Lágrimas irreverentes.


Ignoran el pudor cuando invaden subrepticiamente tus mejillas.

La vergüenza es sólo una señora a quien rechazan con desdén mientras le cortan los ojos.

Se plantan ante mí, fríamente acusadoras… culpándome de sus odiosas existencias.

Y no se borran, no se detienen… las miro suplicantes, les imploro que se alejen y desprecian mis palabras… ¡Lágrimas irreverentes!

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