lunes, 18 de marzo de 2013

La música: el amor de mi madre.

Estoy seguro de que ya escuchaba música desde el vientre de mi madre, es decir, desde antes de nacer. Sí, porque mi madre gustaba de ponerse a cantar mientras hacía los quehaceres del hogar. Ella nunca apagaba su radio. Mi madre tenía bonita voz y entonaba bien las canciones de aquellos tiempos. Ella fue mi primera influencia musical. La cocina de mi casa era inmensa, yo solía estar cerca de mami y ella cocinaba e iba diciéndome los nombres de las canciones que sonaban en la radio, así como los nombres de sus respectivos intérpretes. Nino Bravo, Adamo, Camilo Sesto, José Luis Rodríguez, Rafael, Julio Iglesias… a ella le encantaba la música romántica. Gracias a Jehová que compartió ese gusto conmigo.

Crecí compartiendo mis gustos musicales con mami, ella también me enseñó mucho de lo que a ella le gustaba en tiempos de su juventud. Me hablaba del bolero y de las baladas románticas, yo compartía con ella los merengues de moda y las canciones nuevas en ritmo de salsa. Un día ella me contó de cómo bailaba "El muñeco," de Ismael Rivera y Cortijo, ¡quedé divertidamente sorprendido! Cuando uno es chiquito no imagina que su madre bailaba música tan movida unos años antes de que uno naciera. Lo mejor de aquello fue que yo también era loco con la música de Ismael Rivera. Aquel día mami me dio cátedra de las canciones del Sonero Mayor, como le decían a Rivera. Otro día me contó de sus tiempos bailando Twist y rock and roll. Entonces yo ignoraba que las canciones de Elvis Presley habían sido tan conocidas en el Santo Domingo de los años sesenta. Yo escuchaba con gusto los relatos de mami. Aprendí mucho de ella.

Fuimos cómplices con la música de Johnny Ventura, y luego con la de Ramón Orlando. Hablábamos de música todo el tiempo.

Fue por mami, para ella, que escribí mi primer cuaderno de poesías. A ella también le escribí varias de mis canciones. Me escuchaba cantar atentamente, ¡cómo le gustaba oírme cantar!. Muchas veces yo pensaba que ella estaba distraída y al rato me preguntaba sobre la canción que yo había estado cantando. Se complacía en ver en mí la continuación de su amor por cantar… su amor por la música.