domingo, 26 de noviembre de 2017

El examen de la vida.

Un alumno que se encontraba tomando un examen de matemática intentaba analizar algunas cosas que no comprendía del texto escrito en el papel que tenía ante sí. Los primeros cuatro temas del examen los completó enseguida y el quinto tema lo terminó con cierta cautela, porque lo encontró muy fácil y entendió, según sus más profundos razonamientos, que algo debía andar mal. Su profesor, pensaba, gustaba de preparar pruebas difíciles y si un problema resultaba demasiado fácil, pues obviamente algo no estaba del todo bien. Tardó tanto analizando aquel problema que casi todos en el aula habían entregado sus respectivos exámenes y él todavía no hallaba solución a su dilema. Finalmente acudió resignado al escritorio del profesor y le preguntó: "¿Por qué será que no termino de solucionar esta ecuación?", formuló la pregunta al tiempo que señalaba el quinto tema en el papel. El profesor lo miró entre sorprendido y dubitativo por un instante y luego respondió: "¿estás tratando de tomarme el pelo?, esa ecuación ya la tienes resuelta, entrega el examen y esfúmate del salón". El alumno respiró aliviado, se despidió del profesor y al salir del aula comprobó que había estado sudando angustiado por espacio de media hora sin justificación ni razón. Algunas veces, los seres humanos tienden a querer complicarse el camino colocando obstáculos que no existen  e imaginando escollos por no creerse merecedores del disfrute pleno de la felicidad. Este día y todos los días de tu vida, te invito a ver la existencia tal y como es: un espacio de crecimiento en el que los exámenes casi siempre los tienes resueltos ante ti y los que aparentan más difíciles, por lo regular, son los que más te ayudarán a crecer.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Soy porque estoy.

Soy, porque estoy, no porque pienso sino porque existo. Aún si no pensara "sería", porque estoy y seguiré estando sin que tenga que ver con que yo quiera ser ni con que yo quiera estar, entonces ser lo que soy me hace ser. El ser es, porque está, si no estuviera no fuera, pero es. Soy lo que eres y soy lo que no eres, entonces, soy lo que soy y soy lo que no soy, por consiguiente, solamente soy. En ese sentido, soy todo y bajo ningún concepto puedo ser nada, porque aún la nada está contenida en el todo y soy el todo, lo cual quiere decir que todo está en mí y yo en el todo.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Que lo diga mi pluma

Si decirlo no ha sido suficiente y mis palabras sinceras no recitan amores en las neuronas de tu mente que luce indiferente ante insinuaciones tan sugerentes, déjame mirarte de frente y plasmar en papel las inspiraciones nacientes de tu hermoso perfil sonriente que me hacen fiel creyente de tus primores que viven latentes en cada pensamiento que tengo de repente y luego silente se pierde entre la gente.

Que lo diga entonces mi pluma que sabe como ninguna de los desvelos amparados por la luna, acompañados de poemas mecidos en la cuna destinada a la fortuna de mecer una por una las prosas que desde mi corazón han nacido tan oportunas.

Que son mis poemas, reflejos de mis emociones, los que albergan las grandes pasiones que unen nuestros corazones que Dios ha colmado de dones que se transforman en canciones.

Si decirlo no ha sido suficiente y las palabras se confunden en la espuma propia de tu dulzura… ¡que lo diga mi pluma!

Así he querido quererte.

He querido quererte como el firmamento ama a las estrellas que lo iluminan.

Como ruiseñor que canta y se alborota con la suave brisa primaveral he querido quererte y por ti mis melodías entonar.

Como un sueño que despierta en medio de la noche y entiende que no ha debido despertar, sólo soñar y soñar, así he anhelado que me llegaras a amar… como se hacen realidades las fantasías, como mares que rodean las islas, como ríos que llenan los mares, como nubes que rebosan los ríos, como si fuera tuyo todo lo mío y tu corazón la isla donde el mío ha sembrado girasoles que florecen por doquier.

Como si fueras mi único mañana y yo tu futuro cercano, dos sujetos que han formado un solo predicado, una oración que la vida ha adornado con signos de admiración enamorados.

Como un sin sentido que ha nacido y ha vivido para señalarnos el camino, como son hermosos los días compartidos contigo, como son de tiernos tus suspiros… así he querido quererte, como se quiere lo que más se ha querido.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Prefiero decir: "Te quiero".

Vanamente escudriño el firmamento neuronal que contiene la lexicografía por mi mente conocida… queriendo formar la frase más perfecta… más certera… nunca usada… intenciones que se dispersan en la nada.

Insisto en liberar lo que encierra mis pensamientos y produce estallidos de protones y neutrones en mis sentimientos. Minúsculas partículas de amor que se rebelan, que gritan y se callan, se sumergen y emergen… se materializan y se desvanecen…al unísono… en concierto. Y yo ¿qué siento?

Auténtica extrañeza que descifra la metafísica esencia en que subyace lo sublime, que se resiste a confiar en dos palabras la misión de transmitir el significado del conocimiento pleno y nuevo que a mi vida ha llegado.

Si es injusto repetir en dos palabras, ocho letras, aquello que desde el génesis de mi existencia ha retumbado en mis oídos: a veces… sonido tan triste, a veces tan divertido, pero, al final… sonido tan conocido… no quería rendirme, ni Sucumbir a la tentación de pronunciar, con aire proveniente de los mismos pulmones que exhalan energía para formar otras veces palabras tristemente frías, las prodigiosas palabras que habrían de proyectar el reflejo de la nueva vida mía. Y yo ¿qué soy?

Espíritu que celebra la manifestación material de lo que el poder divino ya había concebido; una fiesta armoniosa de amor y alegría que adrede prolonga la madrugada para que nunca llegue el alba en la que usualmente culminan todas las celebraciones; un cuerpo físico que duele ante el anhelo de fundir sus poros con la materialización de lo espiritual que constituye la renovación de su energía…. Complemento de la vida mía.

Podría inventar esa frase. Podría incluso crear un conjunto de símbolos distintos al imponente alfabeto que enlaza el columpio que domina los vaivenes de este mundo vacío… un lenguaje que sería sólo tuyo… un idioma que sería todo mío.

Pero, ¿acaso comprenderías? ¿No tendría que explicarte cada norma, cada regla… y esperar hasta que la entendieras a cabalidad? ¿Valdría la pena la espera? Si ya es suficiente el tiempo transcurrido desde que en la Tierra vi la luz hasta que llegaste tú… si las noches son claras y los días oscuros cuando pienso que no sabes que inspiras todo por lo que hoy vivo… lo mejor que de la vida espero… sí, lo digo, aunque millones lo dijeron primero, aunque trillones lo dirán después… lo digo, porque eres mi espejo, porque contigo soy hombre nuevo… sí. Prefiero decir: "Te quiero".