lunes, 29 de junio de 2015

Fin de la sequía. (Microcuento)

Durante tres semanas seguidas llegó a la oficina con su paraguas en la mano. A menudo tenía que escuchar la misma pregunta: "¡Muchacho! ¿Qué haces con esa sombrilla? ¿No ves que estamos en tiempo de sequía?". A lo que él respondía: "Estamos en el mes de mayo. Uno no sabe cuándo puede llover". Su respuesta provocaba la risa de sus compañeros. Un día decidió estrenar los zapatos nuevos que su novia le había regalado para su cumpleaños, se puso su mejor camisa y planchó los pantalones domingueros para ir al trabajo bien bonito, porque ese día saldría a almorzar con su novia. Miró receloso al paraguas y pensó: "Ese viejo paraguas no combina con mi elegancia, mejor lo dejo. Además, estamos en tiempo de sequía". Aquel día llovió a cántaros, llegó al trabajo empapado de pies a cabeza. Nada respondía cada vez que uno de sus compañeros le preguntaba: "¡Bárbaro! ¿Cómo se te ocurre andar sin paraguas en el mes de mayo?".

Psicología dental. (Microcuento).

La caja de dientes cayó en el inodoro justo cuando el anciano había terminado de hacer su diligencia matutina e intentaba tomarla del lavamanos para ponérsela de nuevo en la boca. La sacó de allí haciendo gestos de horror. La lavó con cloro, la puso a hervir y la cepilló frenéticamente por largas horas. Volvió a ponerse la caja de dientes cuando se convenció de que estaba realmente limpia. Pero, nadie en la familia entendía por qué el abuelo llevaba semanas cubriéndose la boca con la mano cada vez que hablaba.

jueves, 25 de junio de 2015

Las opiniones de los demás.


Te escribo algo en lo que sería interesante que reflexionaras... Mucha gente dice su opinión sobre cualquier cosa, incluso, sobre nosotros, pero, esas son sus opiniones y nada más. No necesariamente ellos están en lo cierto, y no siempre sus opiniones tienen una buena intención. Algunos hasta se visten de mansos corderitos para hacernos creer que están interesados en darnos una mano cuando todo lo que buscan es fastidiar. Por eso debemos escuchar sin pensar, dejar la mente quieta, y luego permitir que nuestro ser espiritual, sabio y perfecto, sea quien nos muestre la realidad. Ese ser, conectado con nuestro Creador, nos dirá la intención de ese comentario y cuánto del mismo vale la pena analizar y tomar en consideración. Las opiniones de los demás no tienen que convertirse en nuestra realidad. Que tengas un hermoso día.

lunes, 22 de junio de 2015

Amor profundo

Ella: Darling… ¿de verdad me quieres tanto?

Él: Mi amor por ti es más profundo que todos los océanos.

Ella: Entonces, ¿Por qué no nos hemos casado?

Él: Bueno… verás… es que todavía no hay iglesias en el fondo del mar.

jueves, 18 de junio de 2015

Lágrimas irreverentes.


Ignoran el pudor cuando invaden subrepticiamente tus mejillas.

La vergüenza es sólo una señora a quien rechazan con desdén mientras le cortan los ojos.

Se plantan ante mí, fríamente acusadoras… culpándome de sus odiosas existencias.

Y no se borran, no se detienen… las miro suplicantes, les imploro que se alejen y desprecian mis palabras… ¡Lágrimas irreverentes!

sábado, 13 de junio de 2015

En lo hondo. (Microcuento).

El salvavidas sacó del agua al sujeto que apenas minutos antes se había lanzado a la piscina a toda velocidad. Le preguntó. "amigo, ¿por qué se tiró en lo hondo si usted no sabe nadar?". El hombre tosió un par de veces mientras señalaba el letrero que decía: "No se tire de cabeza en el lado bajito".

domingo, 7 de junio de 2015

Torpemente solo.

Juró a sus amigos que lo haría todo por sí mismo y sin ayuda. Ellos decían que el era demasiado torpe para ser paracaidista. Abordó en su avión temprano esa mañana y mientras descendía en el aire, después de abrir su paracaídas, se sintió inteligente al hacer una brillante deducción: "Ahora que lo pienso… no existe manera de que el piloto automático de mi pequeño avión lo haga aterrizar… ¡Creo que he perdido mi avión!".

lunes, 1 de junio de 2015

Inteligente "Pechonalidad".

Ella no entendía el porqué de su abandono. "Después de todo pensaba— yo sólo quería complacerlo, él siempre decía que pagaría lo que sea para que yo fuera más inteligente y no entiendo por qué se puso tan furioso cuando le dije que gasté todos nuestros ahorros en levantarme los senos, hacerme unas pompis nuevas y una abdominoplastia mientras él andaba en su viaje de negocios… el cirujano me aseguró que había tomado yo una decisión que me hacía lucir muy inteligente".

El filete de Hipólito.

Era la tercera empleada que Estervina despedía en ese mes. A todas les advertía acerca de la comida de Hipólito, su adorado chihuahua. Al final todas sucumbían a la tentación y… mordían. "¡Muertas de hambre! —Decía Estervina en voz alta, hablando con el perrito— ¿Qué se han creído? De ninguna manera dejaré de comprar filete de primera calidad para alimentar a mi lindo cachorrito".