jueves, 23 de enero de 2014
Seductora Madrugada.
¿Cómo te quiero escribir? No me respondas.
¿Cómo te hago sonreír? No me lo escondas.
Déjame ser la alfombra en la que pisas, tu exclusivo masajista, el dueño de tu mirada.
Déjame seducirte al mediodía, en la tarde, en la mañana… mejor si es de madrugada.
Y si la noche se pone celosa, mira esas son sus cosas, tú y yo no sabemos nada.
Cobijados en ella pintaremos de maravillas el cielo, la tierra, el aire y el agua.
Seductora madrugada… Seductora madrugada.
¿Cómo es que me miro en ti… aún mientras duermo?
¿Cómo es que duermes en mí… si estoy despierto?
No busquemos respuestas por un rato, por lo menos en mil años, quizás serán suficientes.
La madrugada será nuestra aliada… allí donde todo acaba, empieza el amor latente.
Y si la noche se pone celosa, entonces no dormiremos… Esperemos que el sol salga.
Contaremos arenas en la playa, encendamos nuestra hoguera… Dejemos que el fuego arda.
Seductora madrugada… Seductora madrugada.
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