Musitas a mi oído que eres mía y esperas que responda de igual manera. Si callo deduces frialdad en mis sentimientos, si hablo no consigo que veas, que percibas, que creas. Si acaso me has querido… quizás lo he merecido. Si mañana me has olvidado… posiblemente me lo habré ganado.
Hablarte de amor sin definiciones lo intenté, sin convencerte, una y otra vez, tanto te quise, tanto te amé. El resultado estaba a la mano tan pronto planteamos la ecuación… te amaría toda la vida si sólo me dieras un trocito de tu corazón. Desvestiría tu silueta con inquietas miradas cada mañana y cobijaría tu alma de verdades transformadas en claveles… si lo quieres.
Nada busco, nada espero, tenerte sobrepasa lo más ferviente de mi deseo… y tú todavía dudas si te quiero.
Es la naturaleza corazón, ¿es vano soñar cambiarla para ti? Pídelo, haz que haga lo que tú quieras, si tus labios ordenan podría hacerlo de diversas maneras, pero sólo si te entregas. Haría que me creyeras, que vieras en mis ojos la desbordante pasión que provoca tu ser a mi existencia… verías en mi piel que cada poro es una fuente de amor que interpreta canciones de sudor para tus oídos y notarías en todo mi ser que aspiro a vivir la vida entera sólo contigo.
Aspiraciones vanas las mías si alguna vez tienden más que ahora a desaparecer por el poder de las dudas de mujer.
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