Vivir un día sin ti es como abrir la puerta de un armario lleno de pelotas que brincan sorpresivamente, como buscando libertad, sin que les importe que mi existencia estaba en el camino. E intento infructuosamente atrapar algunas hasta que me doy cuenta que sin ti no funcionan los procedimientos habituales. Que tendría que aprender a vivir de nuevo, comenzar de cero, inventarme nuevas reglas para este juego que llaman vida. Mientras tanto, no logro descifrar cómo vivir un día entero sin ti.
viernes, 28 de agosto de 2015
miércoles, 26 de agosto de 2015
El silencio del recién nacido.
Era un silencio tan callado que el aleteo de las aves resonaba cuan trueno ensordecedor. La pareja no entendía esa mágica transición del ruido extremo a la absoluta quietud. Lo que sí comprendían era que ese lugar poseía todo lo que amaban con locura. El insistente llanto que anuncia la disposición de su emisor a luchar contra el sueño que pudiera alejarlos de sus más cercanos servidores, había cesado. Ahora se volvía a respirar la paz… quizás por una o dos horas… quizás por varias horas más. El lugar preferido del hogar…la habitación del bebé recién nacido que por fin se ha dormido.
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