Pues la mente puede hacer jugadas inesperadas, si confundes atajos y veredas creando en el cerebro un crucigrama… creyendo que has logrado conducirte por senderos conocidos al extraviar los caminos.
Entonces sí tiene sentido que sienta aturdido el contenido de la cavidad craneal cuando en ella invierto todo mi pensar.
Y a lo mejor siento frío e intermitentes desvaríos al solucionar los dilemas que concluyen en hacer suyo todo lo que creí mío.
Poco importa tener nada si es tan hermosa la dama que inhibe los amores que la vida me otorgaba y luego dice que es y será para siempre sólo ella y más nada.
Supuestamente era así: yo todo para una y una sola para mí. Supuestamente sí. Extraños supuestos que tardan en llegar a pretender suprimir fijaciones enmarcadas y decir otra vez.. sólo ella y más nada.
Resistirme no puedo si no quiero y puedo si quiero, como si fuera la vida sólo un juego que incita incesantemente a desear olvidar lo que deseo para siempre recordar.
Si hasta Pablo dijo hago lo que no quiero, y comienza la lucha sin final, acciones y omisiones, ¡bárbaras cosas vanas!
Una margarita deshojada, me amaba, no me amaba, me amaba… y queda la verdad que no puede ser cuestionada: ¡Sólo ella y más nada!
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