Hoy duermes   conmigo y es la tibieza de tu piel el tapiz que cubre las paredes de mi habitación.
El silencio   de la madrugada se ve atravesado por el sutil respiro de tu existencia y el aire se muestra agradecido de ser purificado por tu esencia.
Son flores   las almohadas, algodonadas sonrisas que arrullan los pensamientos que se deslizan por la tersura de tu pelo.
Sábanas dichosas   que albergan el ADN contenido en tu transpiración…    el susurrar del viento que sobrecogido penetra al espacio en que reinas y para congraciarse entona una canción.
Simples elementos…   violín que desafina… me encuentro despierto y no es tu presencia la que ilumina mi vida.
Estoy solo…   ¿qué más da?, Si al dormirme de nuevo volverás conmigo y en mis sueños reinarás.
Hoy duermes   conmigo.