Escucho tu exhalación y me atormenta el no saber de cuál materia suprema el Señor creó tu ser.
Inhalas y me desarmas, musitas algo y no entiendo, y digo: "estoy en control", y siento que estoy mintiendo.
Es que no sé si debo aprisionar entre mis manos el aire que tus pulmones han expulsado.
Tampoco sé si podré besar ese aliento tuyo que mis sentidos tanto han deseado.
Nada sé y lo admito, nada sé. Mas, me deleito en la ignorancia que me inspira la forma suave en que respiras.
Porque siento que das consistencia a mi existencia e impregnas de sutilezas verdaderas mi vida.
Oxigenas el espacio en que medito con el dulce sonido de tu respiración.
Ruego que Dios me haya creado con el aliento que llenó tu corazón.
Que seas Eva de mis costillas, que seas mi agua y mi pan… que nos ponga otra vez en el Edén y permita que yo sea tu Adán.
Que ya Cristo borró el pecado aquel y somos salvos por él…anhelo ser el hombre por quien suspiras, que seas mi único aliento, para siempre mi mujer.