sábado, 25 de febrero de 2017

Besos apasionados.

Admiro hasta el silencio que complaciente acepta regocijado haber sido sentenciado a venerar tus besos apasionados.

Besos imponentes resueltos a levantar prohibiciones, otorgándoles la libertad de existir…porque sí.

Quebrantadores de cadenas, incendiarios de amarras, llaves de candados oxidados destinados  a quedar pulverizados al roce de tus labios encantados.

Enigmas solitarios renuentes a mostrarse accesiblemente abiertos hasta reconocer el poder por ellos impuesto.

Interrogantes insondables e impacientes, vibrantes oscilaciones penetrantes que apaciguan el aliento y lo reviven.

El tiempo se rinde tiernamente abandonando engañosas voluntades opositoras a tales beldades.

Y resucitas anhelos perecidos en combates incomprendidos, incompetentes buscadores de luz iluminados por el faro que eres tú.

Tuyo es el espacio: que cura , que anima, que da vida… ¡bendiciones por el cielo concedidas!

Pues un solo cabello no ha caído al suelo sin ser por Dios autorizado... ha sido él y no el hombre quien concedió a tus labios la virtud de ostentar besos tan apasionados.

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